Resumen: La toxina botulínica, producida por la bacteria Clostridium Botulinum, es una neurotoxina que causa parálisis muscular flácida. La utilidad de sus efectos permite su empleo farmacológico en distintos campos clínicos. Destaca su uso en oftalmología en el tratamiento del estrabismo, principalmente los de tipo no restrictivo y endotropías, con especial eficacia en la endotropía congénita. En los últimos años también se ha demostrado su eficacia en las endotropías parcialmente acomodativas y supone una opción de tratamiento a otras patologías oftalmológicas como el entropion, el blefarospasmo y la corrección de la retracción del párpado superior. En el campo de la neurología se ha introducido recientemente como tratamiento de la migraña crónica. Se ha propuesto la hipótesis de la inhibición de la sensibilización nociceptiva como explicación al todavía desconocido mecanismo por el cual la toxina botulínica ejerce su efecto analgésico. Como fármaco ha demostrado ser seguro, siendo las reacciones adversas más frecuentes las relacionadas con el lugar de administración. La principales contraindicaciones para su uso son miastenia gravis, Sd. Lambert-Eaton, Esclerosis lateral amiotrófica e infección activa en el lugar de inyección.