Abstract: Se entiende por niños muy prematuros aquellos que no superan las 32 semanas de edad gestacional o cuyo peso sea menor de 1.500g. La tasa de prematuridad en España y en Europa, en las tres últimas décadas, ha pasado del 4-5% al 7-10%. Evitar o reducir esta tasa es el principal objetivo de la perinatología. Para recibir un tratamiento adecuado y con el fin de asegurar su supervivencia y evitar posibles discapacidades se aconseja la hospitalización. Al permanecer en unidades de cuidados intensivos (UCI) lo más recomendable es que se les proporcione lactancia materna (LM), ya que es la más adecuada y específica para alimentar a este grupo de niños y favorece el vínculo madre-hijo, mientras que los sucedáneos de leche humana no ofrecen las ventajas de la LM. La madre y el niño deben ser considerados como un sistema psicosomático cerrado. Para apoyar la LM en el caso del niño muy prematuro las UCI deben favorecer el cuidado individualizado, el apoyo técnico y emocional hacia las madres y favorecer el aumento del contacto piel-piel (Método canguro). Es decir, deben trabajar conjuntamente las UCI con los padres. Por todo ello pretendo realizar una revisión de protocolos que fomentan la LM y el vínculo madre-hijo de varios hospitales referentes, para definir una estrategia de actuación acorde con los métodos más avanzados empleados en nuestro medio.