Resumen: El Simbolismo nace en la Francia de finales del siglo XIX como un movimiento literario y plástico consagrado a la expresión de lo enigmático a través del símbolo, capaz de envolver y comunicar una idea sin revelarla. Esta búsqueda del misterio, del acceso a un arte introspectivo, se relacionó con el universo de la noche, los vicios, lo esotérico e incluso de las experiencias lisérgicas, generando una suerte de iconografías de la decadencia que acabarían por constituir un rasgo esencial del estilo más allá de su germen y fronteras iniciales, tal y como se aprecia en la obra de algunos destacados artistas españoles del mismo periodo como Hermen Anglada Camarasa, Julio Romero de Torres y Federico Beltrán Massés.