Resumen: En una sociedad en el que el avance tecnológico y terapéutico acaecido ha favorecido una mayor longevidad de la población y donde además el enfrentamiento a la muerte suele producirse en un entorno de gran intensidad asistencial, muchas veces lejos del ámbito familiar, se desarrolla un marco propicio para que surja un nuevo campo de competencias profesionales: las atenciones paliativas a los enfermos terminales. En los últimos años, la enfermería ha logrado un papel indispensable en la fase final de la vida a través de los cuidados paliativos. Los cuidados paliativos son realizados por un equipo interdisciplinar, tratan de aliviar el sufrimiento del paciente que tiene una enfermedad grave, avanzada y progresiva, sin prolongar su supervivencia. La unidad a tratar es el enfermo y su familia, lo que implica que sea imprescindible la capacitación personal y profesional para poder proporcionar unos cuidados de calidad. El papel de la enfermería en los cuidados paliativos es la aplicación del método científico en la práctica asistencial creando un plan de cuidados de forma individualizada que faciliten la realización de una serie de intervenciones para prevenir y tratar los síntomas y los efectos secundarios de la enfermedad y satisfacer sus necesidades físicas, psicológicas, sociales y espirituales. Presentamos un caso clínico.