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000086262 1001_ $$aLuño Muniesa, Isabel 
000086262 24500 $$aBienestar en la especie canina: Valoración de la percepción en el ámbito veterinario y estudio de la relación de la conducta de alimentación con el estrés y las emociones
000086262 260__ $$aZaragoza$$bUniversidad de Zaragoza, Prensas de la Universidad$$c2017
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000086262 4900_ $$aTesis de la Universidad de Zaragoza$$v2019-148$$x2254-7606
000086262 500__ $$aPresentado:  13 11 2017
000086262 502__ $$aTesis-Univ. Zaragoza, Patología Animal, 2017$$bZaragoza, Universidad de Zaragoza$$c2017
000086262 506__ $$aby-nc-nd$$bCreative Commons$$c3.0$$uhttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/es
000086262 520__ $$aEl bienestar en la especie canina es un tema de creciente interés en la sociedad actual, para la que no resulta moralmente aceptable el sufrimiento físico, mental ni emocional de los animales. En el presente trabajo de tesis se ha pretendido abordar el estudio del bienestar canino desde un doble enfoque, la percepción por parte del colectivo veterinario de distintas situaciones que afectan al bienestar en esta especie y la relación que existe entre la conducta de alimentación y el estrés y las emociones. Para ello se establecieron tres objetivos principales: (1) conocer la percepción del colectivo veterinario en España sobre los problemas de bienestar que afectan a la especie canina, incluyendo los problemas de comportamiento, (2) analizar la percepción de los propietarios sobre la existencia de alimentación emocional en sus perros a través de un cuestionario y estudiar su relación con las pautas de alimentación, conducta alimentaria y estado emocional de los animales y (3) valorar el efecto del estrés crónico asociado a problemas de comportamiento en perros sobre la funcionalidad del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal y el sistema de la grelina. <br />Para alcanzar el primer objetivo se realizó una encuesta basada en un estudio previo (Yeates y Main, 2011) a cuatro grupos distintos del colectivo veterinario, a saber, estudiantes de primer y quinto curso (n=50 y n=50, respectivamente), veterinarios generalistas (n=260) y veterinarios especialistas en medicina del comportamiento (etólogos clínicos, n=50), en la que se les pidió valorar del 0 al 4 el grado de importancia que tenían a su parecer 12 aspectos que afectan al bienestar canino. La mayoría de los aspectos evaluados obtuvieron una media superior a 3 puntos, siendo el abuso físico o crueldad la situación que recibió mayor puntuación por parte de todos los grupos encuestados, mientras que las condiciones relacionadas con la raza fueron el aspecto que menor puntuación recibió. Sin embargo, se apreciaron diferencias significativas entre los diferentes grupos en función del grado de formación y profesionalización, así como de especialización en materia de comportamiento y bienestar animal, especialmente en aquellos aspectos donde la afectación del bienestar es menos flagrante o evidente. Así, los etólogos clínicos constituyeron el grupo de estudio que en general otorgó las puntuaciones más altas a los aspectos evaluados, incluyendo los problemas de comportamiento o la falta de compañía. Los estudiantes de último curso, en el otro extremo, fueron el grupo que más bajo puntuó en la mayoría de aspectos evaluados, lo que contrasta con los alumnos de nuevo ingreso, que otorgaron la máxima puntuación en 11 de los 12 aspectos evaluados. Este hecho podría explicarse por un cierto desapego y falta de empatía hacia los animales conforme avanzan los estudios, lo cual denota la necesidad de reforzar la formación en materia de bienestar animal durante los estudios en Veterinaria, haciendo especial hincapié durante los últimos cursos.<br />Para alcanzar el segundo objetivo, se elaboró y distribuyó vía online una encuesta a propietarios de perros (n=1099) en la que se recogió información relativa al animal, a las pautas de administración del alimento por parte de los propietarios y a las características de la conducta de alimentación de sus perros, así como a aspectos relacionados con el estado emocional de los mismos, incluyendo la caracterización del temperamento, la presencia de problemas de comportamiento y la valoración de la calidad de vida. El patrón de administración de alimentación más frecuentemente descrito por los propietarios de perros incluyó alimentar a los animales exclusivamente con comida comercial (54.7%), principalmente pienso (82.5%), de manera racionada (80.0%), habitualmente repartido en dos tomas al día (62.6%), y añadiendo de forma diaria o casi diaria algún aporte extra más allá de su alimento habitual (96.7%), especialmente una combinación de comida casera y premios para perros (62.0%), que se administrarían principalmente para reforzar ejercicios de obediencia (76.5%) pero también sin motivo aparente a voluntad del propietario (48.3%). <br />La encuesta incluyó una pregunta específica sobre la alimentación emocional de los perros valorada de 0 a 4 atendiendo a los cambios observados en su conducta de alimentación en términos de cantidad o voracidad ante situaciones de estrés o estados emocionales negativos. La mayoría de los propietarios (82.7%) afirmó reconocer en su perro algún grado de alimentación emocional y, en particular, más del 40% de los encuestados valoró con un 3 o un 4 la importancia otorgada a esta relación. El hecho de obtener la máxima puntuación estuvo relacionado con el padecimiento de alguna enfermedad por parte del perro, conocer el peso ideal del perro, administrar dietas caseras, alimentar una vez al día y dar extras como refuerzo de ejercicios de obediencia. Asimismo, el hecho de ser un perro dependiente y no comer durante la ausencia del propietario estuvo relacionado con altos niveles de alimentación emocional. En el lado opuesto, no presentar nada de voracidad, ni alta excitabilidad (tanto en general como durante recibimientos y paseos) ni miedo o agresividad hacia estímulos sociales se relacionó con la ausencia de percepción de alimentación emocional. <br />En una segunda parte del estudio, y partiendo de los datos analizados en la encuesta, se llevó a cabo la elaboración de un modelo de regresión que permitiera detectar de manera sencilla y objetiva la existencia de alimentación emocional en perros. Dicho modelo incluyó 9 variables, algunas de las cuales se comportaron como factores de riesgo (sufrir alguna enfermedad, no comer nada o comer menos cuando los propietarios están ausentes, ser tímido, nervioso con la comida o durante los paseos o mostrar agresividad,) y otras como factores de protección (dar extras a voluntad del propietario, acudir a un etólogo cuando el animal muestra problemas de comportamiento o calificar como óptima la calidad de vida del perro). Estas variables se podrían convertir en una breve encuesta de 9 preguntas sencillas que facilitaría la labor de veterinarios e investigadores a la hora de detectar perros con mayor riesgo de presentar alimentación emocional según la percepción de sus propietarios.<br />Por último, el tercer objetivo de esta tesis se alcanzó mediante la determinación en suero de las concentraciones de dos hormonas relacionadas con el estrés y el apetito, el cortisol y la grelina, en un grupo de perros con estrés crónico ligado a problemas de comportamiento (n=16) y un grupo de perros control (n=16), llevadas a cabo antes (condición basal) y después de ingerir una porción de alimento alto en palatabilidad y energía (condición post-prandial). Las concentraciones medias de cortisol y grelina en suero fueron más altas en los perros estresados que en el grupo control en ambas condiciones, si bien la diferencia sólo alcanzó la significación estadística para el cortisol post-prandial, y en particular, para los animales del grupo de agresividad por conflicto social hacia propietarios. Por otro lado, la administración de comida en los perros con ansiedad por separación se asoció con una bajada del cortisol (también en el grupo control) y la grelina en suero, no así observada en los perros con agresividad por conflicto social hacia propietarios, donde además la variación de cortisol (%) sufrió un incremento. Estos resultados apuntan de manera preliminar hacia una alteración de la funcionalidad del eje Hipotálamo-Hipófisis-Adrenal y del sistema de la grelina relacionada con el estrés crónico asociado a los problemas de comportamiento, especialmente en aquellos perros con agresividad por conflicto social, donde se sugiere que podría existir un fallo en la supresión de la grelina (y el cortisol) tras la ingesta. En el caso de los animales con ansiedad por separación, sin embargo, pareció existir un efecto beneficioso del alimento en la reducción de los niveles de estrés, lo que abriría nuevas puertas al estudio de estrategias terapéuticas para este trastorno del comportamiento.<br />
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000086262 521__ $$97086$$aPrograma de Doctorado en Medicina y Sanidad Animal
000086262 6531_ $$acomportamiento animal
000086262 6531_ $$aetologia animal
000086262 6531_ $$aciencias veterinarias
000086262 700__ $$aRosado Sánchez, Belén$$edir.
000086262 700__ $$aPalacio Liesa, Jorge Ignacio$$edir.
000086262 7102_ $$aUniversidad de Zaragoza$$bPatología Animal
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