Resumen: El rápido envejecimiento de la población mundial exige nuevas estrategias para asegurar una mejora de la calidad de vida, que se traduzca en mayor bienestar personal, independencia y menor demanda de servicios sanitarios. A pesar de la existencia de programas de promoción de la salud, es un hecho que no se llevan a cabo sino a pequeña escala en todo el mundo. Los programas que actualmente se están realizando en diversos países son siempre sobre objetivos determinados (actividad física, prevención de deterioro cognitivo, implicación social), resulta evidente la falta de un acercamiento global. Es fundamental que desde los servicios sanitarios ayudemos a los pacientes a conocer y reconocer sus dimensiones biopsicosocial para fomentar el autocuidado, el bienestar y la calidad de vida hasta el final de esta.