Resumen: La recesión económica ha agudizado las contradicciones del sistema político, sumiendo a los partidos en una acusada crisis de legitimidad. Las prácticas clientelares de los partidos, su falta de democracia interna, su financiación irregular y el uso sectario de las instituciones suscitan preocupación y rechazo crecientes. Y, en los últimos años, han emergido otras vías de participación política y líderes outsiders que han desestabilizado los consolidados sistemas de partidos europeos. Ante esta situación, no resulta extraño que Peter Mair afirmara que «la era de la democracia de partidos ha pasado» y que estos «ya no parecen ser el soporte de la democracia en su forma presente» (Gobernando el vacío: la banalización de la democracia occidental, Madrid, Alianza Editorial, 2015, p. 21), ni que Damiano Palano se haya planteado la posibilidad de una democracia sin partidos o, al menos, sin los partidos tal y como vienen funcionando (La democrazia senza partiti, Milano,Vita e Pensiero, 2015).
Pese a sus defectos y su acreditada crisis, no creemos, sin embargo, que los partidos políticos hayan dejado de ser los principales instrumentos de autoorganización de la democracia de masas, en la que, hoy por hoy ... Idioma: Español DOI: 10.5944/trc.44.2019.26028 Año: 2019 Publicado en: Teoria y Realidad Constitucional 44 (2019), 547-557 ISSN: 1139-5583 Factor impacto SCIMAGO: 0.251 - Political Science and International Relations (Q2) - Law (Q2)