Resumen: La mujer ha sufrido una marginación histórica en todos los ámbitos, entre los que se incluye la criminología. La distinción mujer-hombre, atribuyendo exclusivamente a la primera, deberes domésticos y morales, han justificado el mantenimiento de un statu quo, en el que la mujer que delinquía era doblemente castigada. Activistas como Concepción Arenal y Victoria Kent, quienes denunciaron y actuaron en defensa de los derechos de las mujeres presas, no lograron revertir el curso de una discriminación que ha llegado a nuestros días. En la actualidad, las mujeres presas en España no están en igualdad de condiciones con respecto a los hombres. Factores, inspirados por una concepción estereotipada de la mujer, sobre los que se proyecta la discriminación son: la inadecuada actuación de algunos funcionarios de prisiones, el amontonamiento, el sexismo en la política penitenciaria, la escasez de recursos, la inaplicación de la legislación y la desaceleración del desarrollo del Estado de Bienestar, entre otros.