Resumen: La naturaleza del río Ebro se suma a la mano del hombre para extender el área de influencia de las aguas, y sacar beneficio de ellas. El artificio y la naturaleza existente generan una nueva, de la que se beneficia el entorno desde Tudela hasta Zaragoza. Las aguas del canal aumentan el rango de su sombra verde, el proyecto se aprovecha de esta naturaleza, arropando a los inquilinos del solar, los niños. Sus dos mundos se entrelazan, para coser una nueva realidad a partir de el mundo más urbano y el del canal. La naturaleza y el aprendizaje participan el uno del otro, conectados por estos afluentes del canal, generando una simbiosis entre ellos que deriva en una nueva naturaleza. Los espacios naturales inmediatos a la arquitectura se idean como huertos donde los niños podrán participar del lugar, además de aprender las plantas autóctonas. Conocer su entorno para formar parte de él.