Resumen: Antecedentes: La movilidad es esencial para la independencia y es un componente clave de la calidad de vida en general. A medida que pasan los años el deterioro funcional se hace evidente y la pérdida de movilidad conlleva el desarrollo de la fragilidad y dependencia. La presencia de enfermedades crónicas y de síntomas de depresión es un hecho frecuente entre los ancianos, y su relación con la pérdida de movilidad es posible. Objetivo: Identificar si poseer mayor número de enfermedades crónicas, peor salud autopercibida y niveles más altos de depresión provoca tener menor movilidad física. Resultados: La muestra estudiada está constituida por 35 sujetos con edades comprendidas entre los 65 y los 73 años, con una media de edad de 67,83 ± 2,176, de los cuales 16 (45,7%) son hombres y 19 (54,3%) mujeres. Conclusión: La pérdida de movilidad física está vinculada al consumo de fármacos y su irremediable relación con el padecimiento de varias enfermedades crónicas, así como al nivel de salud autopercibida. Se desecha la teoría del sobrepeso u obesidad, sobre todo a nivel abdominal, como factor influyente en una peor funcionalidad física.