Resumen: A lo largo de la dictadura franquista se produjo una apropiación del arte flamenco por parte del Régimen, desvirtuándolo para acomodarse a una serie de valores, preceptos e intenciones (culturales, financieras o políticas) en un proceso denominado “Nacionalflamenquismo” que desembocó en la confusión entre lo andaluz y lo español. En este proceso se fraguaron alianzas con el cine y con NO-DO (Noticiarios y Documentales Cinematográficos), que ayudaron a extender el tópico del flamenco festivo y colorido despojado de su duende y de su tragedia. Sin embargo, una serie de directores rompieron con el discurso oficial y realizaron películas que defendían lo jondo y se aproximaban a la autenticidad del flamenco desde finales de la década de 1940. Este proceso revisionista y subversivo llegó a su cenit con la Trilogía Flamenca del oscense Carlos Saura en los años ochenta, un corpus cinematográfico que se alzó contra la españolada y el Nacionalflamenquismo.