Resumen: Introducción: Entre las pruebas diagnósticas más utilizadas en las Unidades de Cuidados Intensivos se encuentran las radiografías de tórax, que si bien son clave en muchas ocasiones para la prevención, diagnóstico y pronóstico de muchas enfermedades, la realización de forma rutinaria a todos los pacientes no comporta beneficios en términos de morbimortalidad, supone un coste superfluo y añade el riesgo de la iatrogenia inherente a la radiación. Objetivo: Comparar los resultados globales de dos estrategias diferentes en la solicitud de la radiografía de tórax en pacientes ingresados en una Unidad de Cuidados Intensivos polivalente, la primera basada en su realización sistemática y rutinaria y la segunda basada en indicaciones precisas de acuerdo a la condición clínico-evolutiva del paciente. Material y métodos: Estudio observacional, retrospectivo y unicéntrico comparando los resultados de dos estrategias aplicadas en periodos de tiempo diferentes en una UCI polivalente. En el primero, se solicitaron radiografías torácicas de forma rutinaria a los pacientes ingresados, mientras que en el segundo, la realización de radiografías torácicas venía determinada según la indicación clínica de los pacientes de acuerdo a una serie de características descritas en forma de protocolo. De igual forma se estudió de forma independiente a los pacientes pertenecientes al subgrupo que habían recibido ventilación mecánica, por ser éste el colectivo con mayor probabilidad de requerir radiografías torácicas por su vulnerabilidad respiratoria. Resultados: Con la aplicación del protocolo de reducción de radiografías torácicas se ha obtenido una reducción significativa de las radiografías totales por paciente a expensas sobretodo de las radiografías rutinarias, sin repercusión en la seguridad del paciente. Esto ha supuesto una disminución del 43% del total de radiografías torácicas, que se ha traducido en un considerable ahorro económico. Conclusiones: 1. Solicitar Rx de tórax de acuerdo con un protocolo de indicaciones ajustadas a las incidencias evolutivas del paciente ingresado en la UCI comporta ventajas en términos de reducción de costes, carga asistencial y menores dosis de radiación, sin comprometer la seguridad del paciente. 2. El estudio ha permitido establecer criterios de idoneidad en la solicitud de la radiografía de tórax, adecuados a la condición clínica del paciente. 3. El riesgo de exposición a la radiación ionizante inherente a la realización de radiografías sin un criterio clínico predefinido (rutinarias) no está justificado en orden a los hallazgos obtenidos, los efectos secundarios de la exploración y su influencia en la toma de decisiones terapéuticas.