Resumen: La violencia sexual, en cualquiera de sus formas, supone una de las más terribles experiencias vitales que puede padecer un ser humano. Provoca, junto con el daño físico, un sufrimiento psíquico derivado de la vulneración del bienestar, de la autonomía, de la privacidad y de la seguridad (1), constituyendo un problema complejo con aspectos médicos, psicológicos y legales (2). Se trata de una forma de violencia omnipresente, que se produce en todas las culturas, en todos los niveles de la sociedad y en todos los países del mundo. Cualquier persona puede experimentar un asalto sexual en cualquier momento de su vida, si bien está documentado y ampliamente aceptado que las víctimas más frecuentes son mujeres y que la mayoría de los perpetradores son hombres, que en las mujeres el riesgo de ser atacadas sexualmente se da tanto en la infancia como en la edad adulta, mientras que en los hombres la mayor prevalencia se da en la niñez, y que la mayoría de las víctimas conocen a su atacante (3) (4). Este último dato es de gran interés, ya que cuanto más cercana es su relación con la víctima, más difícil le resulta a esta hablar sobre el asalto (5) (...) Idioma: Español Año: 2016 Publicado en: Ciencia Forense 13 (2016), 13-171 ISSN: 1575-6793 Tipo y forma: Article (Published version) Área (Departamento): Area Medicina Legal y Forense (Dpto. Anat.Pat.Med.Leg.For.To.)