Resumen: Introducción: El envejecimiento de la población secundario al aumento de la esperanza de vida, supuso un cambio histórico en los riesgos de mortalidad por causas específicas, convirtiendo a las enfermedades no transmisibles (ENT) en la principal causa de mortalidad y morbilidad en el mundo. La atención y cuidado de los pacientes con condiciones crónicas, se realiza desde los servicios de Atención Primaria de Salud (APS), donde según la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SemFYC), las ENT son el motivo de atención en ocho de cada diez consultas. A finales de 2019, la aparición de una nueva enfermedad infecciosa (COVID-19) y su declaración como pandemia mundial, colapsaron los servicios de APS (que en nuestro país atendieron al 90% de los casos de infección durante la primera ola). Este colapso provocó la interrupción de la atención habitual a los pacientes crónicos, quienes además retrasaron las consultas presenciales en sus centros de salud por temor a un posible contagio. Adicionalmente, las medidas de confinamiento domiciliario impuestas para frenar el avance del virus, podrían haber tenido repercusiones particularmente negativas entre los pacientes con enfermedades crónicas. Según algunos estudios, los pacientes crónicos experimentaron niveles de estrés más altos durante la pandemia que la población general. Del mismo modo, la interrupción de las rutinas diarias pudo conllevar la adquisición de hábitos poco saludables, los cuales podrían haber exacerbado la morbilidad de sus enfermedades crónicas, creando así un círculo vicioso. El objetivo de esta Tesis Doctoral fue conocer las consecuencias de la pandemia por COVID-19 en algunas enfermedades crónicas que se manejan desde APS en la Comunidad Autónoma (C. A.) de Aragón. Para ello, se analizó la existencia de empeoramiento o deterioro entre los pacientes con trastornos crónicos físicos (diabetes mellitus e hipertensión arterial: objetivos 1 y 2) y psíquicos (trastorno por abuso crónico de alcohol y ansiedad y/o depresión: objetivos 3-5) que durante el confinamiento y en los seis meses posteriores a su finalización, no presentaron infección documentada de SARS-CoV-2. Esta línea de investigación fue abordada a través de una única metodología. Para analizar cada uno de los objetivos, se realizaron estudios observacionales retrospectivos pre-post de grupo único con Datos del Mundo Real (RWD por sus siglas en inglés). En cada manuscrito, se incluyó a la población mayor de 16 años de Aragón con historia clínica electrónica (HCE) en los centros de Atención Primaria del Servicio Aragonés de Salud y diagnóstico de: diabetes mellitus (n = 86.615), hipertensión arterial (n = 245.979), trastorno por abuso crónico de alcohol (n = 9.184) y ansiedad y/o depresión (n = 105.554; n = 28.294), que durante el periodo de estudio no presentaron diagnóstico positivo de COVID-19 mediante prueba PCR. Para cada individuo, se recogieron variables clínicas, farmacológicas (Dosis Diaria Definida [DDD], y DDD por 1.000 habitantes y día [DHD] dispensadas en farmacia) y de utilización de recursos sanitarios (visitas a APS, pruebas diagnósticas de imagen o laboratorio y visitas a atención especializada) en los seis meses previos al inicio del confinamiento (del 14/09/2019 al 15/03/2020) y, en los seis meses posteriores a su finalización (desde el 03/05/2020 al 04/11/2020). El análisis estadístico se realizó con IBM® SPSS® Statistics 21 y R versión 4.0.5, estableciéndose en todos los estudios un nivel de significación de 5%. Estadísticos descriptivos (frecuencias, medias y desviación estándar) fueron calculados para conocer las características sociodemográficas y las comorbilidades crónicas más frecuentes entre las muestras a estudio. Para calcular las variaciones en los parámetros clínicos y en la utilización de recursos sanitarios entre los dos periodos a estudio, se utilizaron pruebas T de Student para muestras dependientes o pareadas y, pruebas de rangos con signos de Wilcoxon cuando el número de observaciones fue menor de 100. Las variaciones en los patrones de consumo de fármacos, se evaluó a través del cálculo de las DDD o las DHD dispensadas en farmacia en los dos periodos de tiempo. Los resultados obtenidos sugieren que seis meses después de la finalización del confinamiento domiciliario, en Aragón gran parte de los servicios sanitarios de APS y de atención especializada, no han recuperado los niveles de prestación de atención pre pandémicos(consultas a enfermería, realización de pruebas diagnósticas, atención hospitalaria, etc.). El número de consultas a medicina de familia y a atención médica continuada, se vio en cambio incrementado entre los pacientes con diabetes mellitus y con trastornos mentales subyacentes durante los meses siguientes. Este incremento en el número de visitas podría sugerir un mayor impacto de la pandemia por COVID-19 entre los pacientes con diabetes mellitus más frágiles y entre aquellos con trastorno por abuso crónico de alcohol y con ansiedad y/o depresión. Este posible mayor impacto, no parece reflejarse sin embargo en los parámetros clínicos. Gran parte de los pacientes con condiciones crónicas físicas (diabetes mellitus e hipertensión arterial), no experimentaron cambios clínicos importantes entre mayo y noviembre de 2020. De igual manera, tampoco se evidenciaron cambios clínicamente significativos en los marcadores biológicos de los pacientes con trastorno por abuso crónico de alcohol. Respecto a la dispensación de medicamentos, las variaciones observadas en la dispensación de fármacos para el tratamiento de los dos trastornos psíquicos analizados (abuso crónico de alcohol y ansiedad y/o depresión), podrían indicar también mayores niveles de malestar psicológico entre los pacientes con problemas mentales preexistentes. Simultáneamente, la pandemia por COVID19 podría haber tenido entre los pacientes crónicos de Aragón un gran impacto en la mortalidad con origen no COVID. En el periodo posterior al fin del confinamiento, en todos los trastornos analizados, se observó un incremento en la tasa bruta de mortalidad por otras causas. Conclusiones: Seis meses después de la finalización del confinamiento estricto domiciliario, no se evidenciaron cambios clínicamente significativos en los parámetros analizados. No obstante, preocupa el impacto de la crisis sanitaria en algunos grupos más vulnerables (los pacientes crónicos de alto riesgo y los pacientes con problemas mentales subyacentes), así como la contribución de la pandemia al exceso de mortalidad por otras causas distintas a la infección.