Resumen: La renovación de la historiografía sobre el carlismo de los últimos años bajo el paradigma de la historia de las culturas políticas ha permitido poner en valor la complejidad de una cultura política que tradicionalmente había sido retratada como maniquea y anacrónica. Sin embargo, esta renovación parece haberse estancado en sus análisis en el carlismo referente al periodo de la Restauración. Con ello, la visión que persiste a grandes rasgos del carlismo de la Segunda República, es la de un catolicismo de cruzada ligado al contexto bélico que, de la misma forma que apareció con este, desapareció con su fin. El objetivo de nuestro trabajo es demostrar bajo los paradigmas de la historia de las culturas políticas que el carlismo como cultura política experimentó dos fases de renovación caracterizadas por su entrada en la política de masas (1890-1914/1917) y su fascistización (1930-1936/1939) que explican que, con el estallido de la Guerra Civil, 60.000 requetés integraran las fuerzas del bando sublevado. Que la primera fase ya haya sido ampliamente estudiada nos permitirá generar un marco teórico-historiográfico para investigar las características fundamentales de la segunda a través de fuentes primarias. El carlo-tradicionalismo, como hemos definido a la cultura política carlista de la segunda república, estuvo caracterizado por aunar constantemente tradición con modernidad. Para demostrarlo nos centraremos en el Socorro Blanco, organización de acción social cuyo estudio es de gran interés por dos razones. En primer lugar, por su naturaleza. Se trataba de un movimiento/fenómeno propio de la política de masas cuyo estudio permitirá corroborar nuestras hipótesis y, sobre todo, mostrar la forma en la que el carlismo terminó aceptando el activismo social y político femenino. En segundo, por su práctico desconocimiento. Al margen de las escasas citas aisladas carecemos de bibliografía sobre el mismo, por lo que nuestra investigación con fuentes primarias busca servir como base a investigaciones futuras.