Resumen: La insuficiencia venosa crónica es una patología con una elevada prevalencia entre la población occidental. La manifestación clínica más grave de esta insuficiencia circulatoria es la formación de úlceras venosas en la extremidad inferior. La presencia de estas heridas genera un malestar al paciente, con un detrimento de su calidad de vida, y unos costes que debe asumir el Estado o el propio paciente. El tratamiento de elección de la insuficiencia venosa es la compresión con vendaje multicapa. No obstante, en presencia de heridas abiertas, someter al paciente a un procedimiento quirúrgico mediante desbridamiento e injerto de piel parcial es una alternativa terapéutica igualmente validada en la bibliografía. Ambos tratamientos se diferencian en su efectividad, sus costes, pero no está bien documentado su impacto sobre la calidad de vida del paciente. Asimismo, los diferentes resultados en la efectividad del tratamiento con injertos de piel parcial sobre estas heridas han derivado en la búsqueda de alternativas o complementos a esta intervención, como el injerto de grasa. La grasa contiene células madre y citoquinas que rompen el ciclo de la inflamación crónica y permiten la regeneración tisular. El objetivo de este trabajo es evaluar la efectividad de los injertos laminares en la evolución de las úlceras venosas comparado con el tratamiento conservador; analizar el impacto de estos tratamientos en la calidad de vida de los pacientes, y determinar si los costes asociados al tratamiento de estas heridas son menores cuando se utilizan injertos laminares en comparación con la compresión. Utilizamos la elaboración de árboles de decisión para medir en última instancia la utilidad de cada uno de estos tratamientos sobre la efectividad, calidad de vida y costes de estos tratamientos. Este estudio prospectivo, descriptivo y analítico observacional se realizó en el servicio de Cirugía Plástica del Hospital Universitario Miguel Servet. Incluyó pacientes remitidos entre 2017 y 2021. Los criterios de inclusión fueron: una edad mayor de 18 años, úlceras venosas de al menos 1 cm² y un índice de masa corporal entre 19 y 36, excluyendo aquellos con condiciones como inmunosupresión, embarazo, tratamientos recientes de quimioterapia o diabetes mal controlada. El grupo quirúrgico recibió injertos cutáneos, grasa y terapia de vacío, mientras que el grupo conservador fue tratado con vendajes multicapa y cuidados ambulatorios. Ambos grupos fueron evaluados en cuanto a la calidad de vida, utilizando cuestionarios SF-36 y CCVUQ antes y después del tratamiento. Se midieron variables como el tiempo de cicatrización, cambios en el tamaño de la úlcera y costes asociados al tratamiento. El análisis estadístico incluyó pruebas de Kolmogorov-Smirnov, T de Student, U de Mann-Whitney, y regresión logística para identificar la influencia de distintas variables en la curación e impacto en la calidad de vida de las úlceras. Los hallazgos muestran que el tratamiento conservador conduce a mejoras significativas en la calidad de vida en la mayoría de los ítems del cuestionario SF-36 y CCVUQ, siendo más notable en pacientes de mayor edad y con úlceras más pequeñas (p<0,05). Por otro lado, el tratamiento quirúrgico muestra mejoras menos significativas en ambos cuestionarios. No se observan diferencias estadísticamente significativas en la cicatrización completa de las úlceras entre ambos tratamientos. Además, el tiempo hasta el resultado final es significativamente mayor en el grupo quirúrgico que en el conservador, con una mediana de 34,05 semanas y 21,52 semanas respectivamente (p<0,05). Sin embargo, el tratamiento conservador demuestra una mayor efectividad en la reducción del tamaño de la úlcera, logrando esta reducción en un 97% de los pacientes, frente al 78,9% del grupo quirúrgico (p<0,05). Factores como el tamaño inicial de la úlcera y el tiempo de evolución también influyen en la probabilidad de cierre completo de la úlcera, destacando que úlceras más grandes y un tiempo de evolución más prolongado reducen esta probabilidad (p<0,05). El coste del tratamiento quirúrgico es significativamente mayor que el conservador, suponiendo una media de más de 200€ por semana y paciente. Elaborando los árboles de decisión con los resultados del estudio, observamos que el tratamiento conservador ofrece una mayor utilidad en pacientes con úlceras menores de 20 cm², con una puntuación del cuestionario CCVUQ más baja (51,57), lo que equivale a una mejor calidad de vida. Sin embargo, esta diferencia es significativa solo si la úlcera cicatriza completamente (p=0,013). Para úlceras mayores de 20 cm², el tratamiento conservador disminuye más el dolor corporal en general. Por otro lado, el tratamiento quirúrgico asegura una mayor disminución del dolor en úlceras menores de 20 cm². Además, el tratamiento conservador garantiza una mejor puntuación en el rol físico, independientemente del tamaño de la úlcera. En términos económicos, el tratamiento conservador tiene mayor utilidad debido a su menor coste. El análisis revela que el tratamiento conservador con vendaje compresivo multicapa muestra resultados prometedores, logrando un cierre completo en el 66,7% de los casos, con una reducción media del 97% en la superficie de las úlceras en 22 semanas de tratamiento. Por otro lado, el tratamiento quirúrgico logra un cierre completo en el 47,4% de los casos, con una reducción media del 78,9% en 34 semanas. Aunque no se puede concluir que un tratamiento sea superior en términos de cierre completo o reducción de recurrencias. Además, se observa que el tamaño inicial y la duración de las úlceras influyen en su cicatrización, y se destaca el posible efecto placebo del tratamiento en la mejora de la calidad de vida del paciente. En cuanto a la calidad de vida, el tratamiento conservador muestra una disminución del dolor y una mejoría en el rol físico (SF-36), así como una mejora significativa en la calidad de vida relacionada con la úlcera, especialmente en el estado emocional (CCVUQ). Sin embargo, ambos tratamientos mejoran la vitalidad del paciente, aunque el quirúrgico no muestra mejoras significativas en otras dimensiones de la calidad de vida. La cicatrización de las úlceras tiene un impacto positivo en la calidad de vida, evidenciado por mejoras en la puntuación general del cuestionario específico y en áreas como la interacción social, actividades domésticas y estado emocional. A nivel económico, el tratamiento conservador resulta menos costoso y más efectivo en el cierre de estas lesiones, principalmente debido a menores costos hospitalarios y de seguimiento. Los árboles de decisión sugieren que el tratamiento conservador es más útil en términos de cierre y calidad de vida, mientras que el quirúrgico puede ser más efectivo para aliviar el dolor en úlceras de menor tamaño.