Resumen: el reservorio venoso subcutáneo es un dispositivo de acceso permanente al sistema vascular que facilita la administración de tratamientos oncológicos de forma cómoda, rápida y segura, ocasionando mínimas complicaciones para el paciente. Su implantación y uso ha incrementado, especialmente, entre pacientes de oncología pediátrica con el objetivo de reducir el impacto familiar, social, emocional y psicológico que suponen la enfermedad y su tratamiento. La enfermera sostiene un papel fundamental en el manejo del RVS y a la hora de facilitar la resolución de las necesidades que requieren el niño y su familia. Sin embargo, existe un déficit de conocimiento en el manejo del RVS y una ausencia de criterios estandarizados, además de haberse detectado falta de formación por parte del personal de enfermería de nueva incorporación, subrayando la necesidad de establecer una actuación de calidad y segura a través de un programa de capacitación.