Resumen: El sector agroalimentario español ha experimentado un crecimiento incesante durante las últimas décadas, demostrando un alto nivel de productividad, especialización y concentración de la industria. Siendo uno de los principales países exportadores en Europa y gran protagonista en el comercio internacional mundial, España reafirma en la última década la solidez de su capacidad productiva agraria. En este trabajo se recoge, a partir de información obtenida de FAOSTAT, un análisis empírico que verifica la existencia de un efecto de mercado interno. El sector se ha reforzado en una serie de productos caracterizados por su calidad y cuidado en su proceso productivo. Una vez superado el proceso de integración europea, su comercio internacional continúa creciendo de forma sobresaliente, gracias al valor añadido de productos como el vino, la carne de cerdo o el aceite de oliva, que se han beneficiado de la especialización del proceso, la concentración de la industria y del desarrollo de economías de escala. De esta forma, los productos españoles pueden responder a su alta demanda, posicionándose a la cabeza de los intercambios europeos.