Resumen: Las evaluaciones del sistema educativo público español muestran que las diferentes reformas que este ha sufrido desde la llegada de la democracia no han obtenido los resultados esperados. El fracaso escolar no disminuye, la inversión no se rentabiliza, la docencia parece perder prestigio social. Todo ello ha servido para que se justifiquen medidas privatizadoras que, en cualquier caso, ya se vislumbraban en las primeras leyes democráticas. Los sistemas educativos de otros países ya vivieron este proceso y aplicaron medidas de restricción, cuyos resultados tampoco indican que este sea el medio para subsanar los problemas de la educación. Las propuestas según muchos serían claras : la educación debe ser considerada como un bien de consumo y, por lo tanto, ha de ser gestionada como si de una empresa se tratase. El Estado obviaría su función de servicio público y delegaría las responsabilidades en los propios centros, que entrarían en una dinámica de competencia económica similar a la de cualquier empresa. Las consecuencias positivas que pretenden las políticas neoliberales que apoyan la privatización de la escuela pública serían, sobre todo, de carácter económico, como puede ser la formación de mano obra flexible y cualificada para el futuro mercado laboral. Las consecuencias negativas que se observan desde las posturas de la escuela comprensiva van desde la segregación racial, sexual y económica, pasando por la exclusión social, hasta volver a la división de clases.