Resumen: Como buenos profesionales de la educación, nuestro objetivo es sacar el máximo rendimiento de cada alumno, partiendo de una base, que es enseñar con emoción. La función del docente en la escuela es transmitir conocimientos, pero antes se tiene que centrar en generar un bienestar a nivel personal y de grupo, creando un ambiente positivo y un clima placentero en el aula. Esto hará que el proceso de aprendizaje por parte del alumno sea activo, consiguiendo ser el protagonista de su aprendizaje. El aprendizaje es el concepto principal de le educación. Por eso, los descubrimientos que aporta la neurociencia sobre cómo funciona el cerebro del alumno, pueden ayudarnos a los docentes a cómo enseñar y entender mejor los procesos de aprendizaje, y a aplicarlos en el aula llevando a la práctica estrategias que consigan maximizar el aprendizaje de manera efectiva, agradable y apropiada. El maestro debe tener dichos conocimientos previos, ya que sin ellos no tendrá sentido su actividad docente. Actualmente, tenemos que actualizarnos como maestros, formándonos constantemente y teniendo conocimiento de las investigaciones neurocientíficas para aplicarlas en el aula y mejorar la calidad de la enseñanza.