Resumen: En un lugar idílico como es la ribera del río Ebro brota una Escuela de Jardinería, un espacio protegido para crear un intenso vínculo entre el hombre y la naturaleza. En esta escuela, el dentro y el fuera, las estancias y los recorridos se diluyen configurando un único ente, un mundo de sensaciones y experiencias que permiten una fuerte interacción entre aquellos que la visitan. Para lograr este fin, la escuela se apropia de las formas orgánicas y sinuosas del mundo natural para crear unos espacios fluidos donde los límites se rompen y la conexión con el paisaje se intensifica.