Resumen: Pensar en una escalera a la hora de proyectar un edificio no se limita únicamente a conseguir cumplir la normativa vigente de incendios y accesibilidad. Últimamente, ha quedado reducida al papel de instrumento necesario para acceder a un punto más elevado cuando el resto de alternativas no están disponibles. Sin embargo, la escalera es un espacio más, y como tal, presenta diversos factores que otorgan carácter al mismo siendo entonces un lugar de gran valor arquitectónico. Para comprender la importancia de este elemento como parte fundamental en la generación del proyecto moderno se ha elegido la obra, tanto construida como proyectada, de Alejandro de la Sota, considerado como uno de los grandes maestros de la modernidad española. En ella, se observa una importante diversidad de formas de abordar las escaleras, coherentes en todo momento con la arquitectura que él está haciendo, reivindicando así su condición sintética al densificar en ellas todas las estrategias que aplica al resto de su obra. Subiendo y bajando por las diferentes escaleras presentes en cada etapa de su vida profesional se pueden encontrar diversas agrupaciones de las mismas que responden a las mismas estrategias proyectuales. Alejandro de la Sota va a experimentar con ellas al mismo tiempo que lo hace con el resto de su arquitectura, jugando con la posición que ocupan respecto del conjunto; las geometrías posibles; los materiales tradicionales, así como innovadores; las funciones que pueden realizar; y las percepciones sensoriales que pueden conseguir siguiendo esa notable búsqueda ascendente de lo liviano que lo va a acompañar a lo largo de su trayectoria.