Resumen: Durante el quinquenio 1997 2002, las migraciones residenciales entre las ciudades chilenas mayores de 50.000 habitantes mantuvieron la intensidad que tenían diez años antes frente al descenso de este tipo de movilidad que, en el mismo período, se registró entre las ciudades de tamaño inferior a este umbral. Mediante el modelado y la aplicación de métodos de análisis de redes a los flujos migratorios bilaterales entre ciudades –obtenidos a partir de microdatos censales–, se ha constatado que los movimientos residenciales interurbanos presentan una estructura muy polarizada y estable, pero compatible con una notable dinámica de cambios en la dirección y magnitud de los flujos. La organización espacial de las migraciones interurbanas comprende varios niveles y escalas, cuya jerarquía y articulación se asocian fuertemente a la configuración de la red urbana, es decir, a la distribución espacial de las ciudades, de la población y de la especialización de las actividades económicas. En el período y materia investigados, ha decrecido ligeramente la concentración de los destinos de la movilidad residencial, pero no se observa un proceso de descentralización intenso y generalizado. Idioma: Español Año: 2018 Publicado en: Revista INVI 33, 94 (2018), 105-133 ISSN: 0718-1299 Originalmente disponible en: Texto completo de la revista