Resumen: Los marcadores del discurso ponen de manifiesto la actitud, el conocimiento o las creencias del hablante en relación con lo que enuncia o con lo enunciado; con el destinatario de su mensaje o con la situación –extralingüística– de comunicación (Martín Zorraquino 1994). Estas marcas orientan los sentidos de los segmentos del discurso entre los que comparecen y, además, configuran el diálogo, la conversación y otras manifestaciones de la llamada “interacción comunicativa”. El objetivo principal de esta investigación ha sido describir el funcionamiento de cinco marcadores discursivos de uso frecuente –bueno, por ejemplo, ¿no?, es decir y eh – en el habla de La Habana. Hemos empleado un enfoque que combina la gramática, la pragmática y la sociolingüística, a fin de determinar 1) las propiedades gramaticales y semántico-pragmáticas de esta clase funcional en el contexto de una entrevista semidirigida, en una comunidad lingüística determinada, y 2) la relación entre su uso y una serie de factores lingüísticos –la posición discursiva–, sociales –la edad, el sexo y el grado de instrucción– y estilísticos –secuencias discursivas, módulos temáticos y fase de la entrevista–. Para ello, se ha seleccionado una muestra de 36 informantes, perteneciente al corpus del Proyecto para el Estudio Sociolingüístico del Español de España y América, con arreglo a La Habana (PRESEEA-La Habana), estratificada socioculturalmente. El análisis se ha planteado desde un punto de vista cualitativo para la descripción de la entidad morfológica de los marcadores del discurso, de sus propiedades sintagmáticas y de sus funciones, y también desde una perspectiva cuantitativa, para analizar la distribución de su uso en los factores definidos y determinar si existe una relación entre estos y el funcionamiento de cada signo. Los resultados generales arrojan que todas las formas examinadas en el marco de la entrevista semidirigida se ajustan al estatuto de marcador discursivo, si bien algunas propiedades parecen ser más estables que otras. Todos los marcadores tienen vitalidad en la conversación. Los más frecuentes son los que proceden de una categoría de base ya polisémica –bueno– y los que presentan un significado estrictamente procedimental –eh–, que pueden aparecer en una mayor diversidad de contextos lingüísticos. Los que tienen un menor número de ocurrencias, manifiestan usos más específicos, relacionados con el interlocutor: se apela directamente al oyente –¿no?–, o se tienen en cuenta a la hora de explicar o ejemplificar un enunciado previo –es decir y por ejemplo–; pero también son habilitados en el discurso con usos en los que se distancian del significado de las categorías de base para manifestar valores pragmáticos relacionados con la cortesía y la estructuración discursiva. Según los datos estadísticos, la posición lingüística es el factor que más claramente contribuye al comportamiento funcional de los marcadores discursivos. Los factores sociales y estilísticos no muestran una relación estable con el uso variable de los marcadores estudiados.