Resumen: En 1983, el equipo formado por Saturnino Cisneros Lacruz, Juan Antonio Carmona Mateu, Manuel Fernández Ramírez e Isabel García Elorza comenzaba la construcción del proyecto de ampliación de la Facultad de Derecho de la Universidad de Zaragoza. La necesidad de construir un nuevo aulario surgía de la mano del progresivo aumento de estudiantes de Derecho que se estaban dando en España desde los años sesenta. La autonomía formal, junto a la contundente geometría circular de este nuevo aulario, es muestra de la intención de sus autores por romper, de manera respetuosa, con la arquitectura racionalista regionalista, que Regino Borobio y José Beltrán Navarro habían construido en los primeros años cuarenta y que había dominado la ordenación de la Ciudad Universitaria de la ciudad de Zaragoza. Con concomitancias formales aaltianas y ecos nacionales a las arquitecturas de Fernando Higueras de los años sesenta, esta ampliación proponía una arquitectura tardomoderna afín al brutalismo de Alison y Peter Smithson donde los espacios de relación e intercambio social se tornaron aspectos esenciales y definitorios del proyecto. Esta ampliación conjuga autonomía con subordinación, tanto física como funcional, con respeto al edificio original, generando una pieza que combina rotundidad volumétrica y amabilidad para con el usuario, y cuya escala percibida desdice su enorme volumen construido. Idioma: Español DOI: 10.12795/ppa.2021.i24.05 Año: 2021 Publicado en: Revista Proyecto, Progreso, Arquitectura 24 (2021), 88-105 ISSN: 2171-6897 Factor impacto CITESCORE: 0.4 - Social Sciences (Q3) - Engineering (Q4)