Resumen: La educación siempre ha tenido el objetivo de formar ciudadanas y ciudadanos que sean capaces de analizar críticamente la política y entender cómo funciona nuestro mundo. En este ensayo investigaré cómo las metodologías activas construyen una conciencia neoliberal mediante el uso de nuevas estrategias que no son muy distintas de las usadas algún tiempo atrás. Siguiendo las ideas de Foucault, se explica cómo el poder disciplinario hace que los individuos interioricen hábitos que les permiten encajar en la sociedad, de este modo se convierten en lo que la sociedad quiere que sean. Este autor analiza el funcionamiento de las escuelas para mostrar cómo ciertas estrategias permiten a las instituciones educativas conseguir este objetivo. Las metodologías activas prometen ser una alternativa y una forma de enseñar a las y los estudiantes cómo solventar los problemas de su vida diaria. Precisamente es esta promesa la que cuestionamos en este trabajo, pues las metodologías activas se centran en resolver tareas simples con la guía de la o del docente. No solo sucede que las y los estudiantes no tienen libertad para organizar su tiempo y sus estrategias, sino que además aprenden un conocimiento blanco y único que no puede ser cuestionado. En su libro La promesa de la felicidad, Sara Ahmed habla sobre el “imperativo de la felicidad”, el cual consiste en seguir los mandatos de la sociedad con el objetivo de conseguir una “vida feliz” que intencionalmente se parece mucho a una forma de vida privilegiada, blanca y heterosexual. La sociedad establece qué es un “objeto feliz” a la vez que nos hace creer que es nuestra culpa si no podemos ser felices. Gracias a esto, no vamos a culpar a esta concepción de la felicidad si no la encontramos en los objetos en los que deberíamos. Para proponer otra metodología que permita al alumnado pensar por sí mismo, analizo algunas de las ideas de bell hooks sobre la educación. Todo el mundo necesita sentir seguridad en el aula para poder hablar sobre sus opiniones, creencias y experiencias. Si hay intercambio de conocimiento mediante el diálogo, las y los estudiantes podrán construir su propio lenguaje teniendo en cuenta otras visiones de vida. Para concluir, diré que tenemos un ejercicio que hacer; mirarnos a nosotras y nosotros mismos para saber cómo ayudar a las y los estudiantes a desarrollar su propio conocimiento. Es peligroso si solo enseñamos una forma de entender y construir nuestro pensamiento. Como docentes, debemos tomar la responsabilidad de propiciar una conversación fluida que nos ayude a pensar.