Resumen: El término de epilepsia estructural se emplea en veterinaria para definir la aparición de crisis epilépticas originadas por una patología intracraneal, que puede ser de origen vascular, inflamatorio (infeccioso o inmunomediado), traumático, congénito, degenerativo o neoplásico. La epilepsia estructural es un problema importante en la clínica de pequeños animales, puesto que la padecen la mitad de los perros epilépticos. El diagnóstico de ataques epilépticos en pacientes requiere dos pasos esenciales. Primero, determinar si los síntomas son realmente epilépticos o provienen de otro trastorno paroxístico. Segundo, identificar la causa subyacente del ataque, crucial para un diagnóstico preciso. El proceso implica un minucioso análisis de la historia clínica, examen físico y neurológico, y pruebas complementarias. En la epilepsia estructural es de vital importancia la realización de un diagnóstico diferencial de las causas intracraneales que pueden estar produciendo esta patología teniendo en cuenta la edad del paciente. Asimismo, una vez es diagnosticada una causa intracraneal de origen neoplásico es fundamental conocer la localización de dicho tumor y el tipo al que pertenece, siendo los meningiomas y gliomas los más frecuentes, ya que influirá a la hora de instaurar un tratamiento específico.