Resumen: Hasta el siglo XX el ser ocupó un papel secundario en la hermenéutica y la ciencia. Mientras la primera disciplina preponderaba la intención del autor por encima de cualquier lectura alternativa, la segunda pretendía pensar el mundo objetivamente. Sin embargo, a finales del siglo XX, el objetivismo perdió fuerza, puesto que la posmodernidad cuestionó las ideas de Verdad y de Objetividad. Paradójicamente, este suceso no rescató al sujeto, sino que lo desproveyó de las nociones de identidad y de sentido. Muertos Dios, el Hombre y el Autor, el ser, siguiendo un proceso pendular, osciló de una crisis a otra. Como alternativa, se propone un modelo hermenéutico en el que se funden los presupuestos de la Estética de la Recepción y del Paradigma de la Complejidad y el pensamiento de González Requena. Con él, se busca resolver el enfrentamiento entre el autor y el lector a través de un tercer elemento: el punto de ignición o zona de no resistencia de lo real. Idioma: Español DOI: 10.5281/zenodo.10107621 Año: 2023 Publicado en: Espacio abierto 32, 4 (2023), 146-160 ISSN: 1315-0006 Originalmente disponible en: Texto completo de la revista