Resumen: La Iglesia católica española vivió durante los años inmediatamente posteriores al Concilio Vaticano II un importante proceso de cambio, en el que se cuestionó el propio concepto de Iglesia. En Aragón, encontrábamos al frente de la diócesis más importante, la archidiócesis de Zaragoza, a una de las figuras más representativas de la doctrina nacionalcatólica, Pedro Cantero Cuadrado, defensor de la estrecha unión de la Iglesia con el régimen franquista y reticente a cualquier cambio. Sin embargo, durante estos años un sector del clero consideró que era el momento de romper con las rígidas estructuras de la institución, basadas en la jerarquía y el orden. Movimientos como el de los “curas obreros” y apostólicos especializados de Acción Católica como HOAC y JARC entre otros se comprometieron en lograr ese objetivo de cambio en el seno de la Iglesia. Junto a estos movimientos emergió una institución, el Centro Pignatelli, dispuesta a promover el debate y el diálogo en la Iglesia, así como también decidida a aunar la democratización de una sociedad que vivía bajo el yugo autoritario del régimen franquista. Por consiguiente, la diferencia ideológica de estos dos sectores de la Iglesia llevaría de forma inevitable a conflictos entre ambos.