Abstract: Las frutas climatéricas son altamente perecederas, y tienen una corta vida útil, debido fundamentalmente a su alta sensibilidad al etileno y a las podredumbres poscosecha causadas principalmente por hongos, lo que ocasiona grandes pérdidas económicas. Existen estrategias en el mercado para reducir estas pérdidas alimentarias, sin embargo, algunas de ellas tienen un gran impacto en el medio ambiente, por lo que encontrar nuevas estrategias sostenibles para mantener la calidad inicial de la fruta fresca es crucial. En este Trabajo Fin de Máster se ha evaluado la eficacia de dos estrategias poscosecha, ambas basadas en la tecnología de envasado activo. Por un lado, se ha estudiado la eficacia de un absorbedor de etileno totalmente compostable, basado en la utilización de nanoesponjas de ciclodextrina (CD-NS) en dos frutas climatéricas como la nectarina y el melocotón, con el objetivo de mantener su calidad y alargar su vida útil. Y, por otro lado, se ha analizado el efecto de dos láminas de papel activo biobasado impregnadas con dos formulaciones diferentes a base de aceites esenciales de hojas de canela (Cinnamomum cassia) y orégano (Origanum vulgare), y que están concebidas para ser colocadas en el cajón de la nevera del consumidor, reducir las podredumbres fúngicas y prolongar la vida útil del tomate. Para ello, se ha estudiado el efecto de estas tecnologías sobre diferentes parámetros relacionados con el metabolismo de la maduración de los frutos, su calidad organoléptica, su calidad nutricional, el estrés oxidativo y la aceptación de los consumidores. Las dos estrategias poscosecha ensayadas fueron eficaces consiguiendo alargar la vida útil de los frutos hasta 7 días adicionales respecto al control.