Resumen: A mediados del siglo XIX Charles Darwin y su teoría de la evolución irrumpieron en el panorama científico mundial. Esto supuso una nueva forma de entender los orígenes del hombre y del resto de las formas de vida. La teoría de la evolución de Darwin fue abriéndose paso en las sociedades occidentales, haciendo que los dogmas religiosos impuestos hasta entonces comenzaran a ser cuestionados. Esto supuso, y todavía supone, que en algunos países se produjera un intenso conflicto educativo a la hora de transmitir una u otra visión del ser humano a las nuevas generaciones. Los partidarios del conocimiento científico defienden por un lado la necesidad de exponer las evidencias naturales del mundo en el que habitamos ; por otro, están los que tratan de incluir como contenido escolar ciertas teorías religiosas o pseudocientíficas, conocidas en términos generales como creacionismos, que respetan una concepción religiosa de la condición humana. A lo largo del presente trabajo se analiza este conflicto en las escuelas estadounidenses, donde esta controversia ha sido más intensa y se mantiene todavía viva en la actualidad. Además se discute si se deberían enseñar o no las visiones creacionistas en la escuela y en qué términos podría hacerse atendiendo a las demandas de lo que debería ser la educación en una sociedad democrática.